AP.- El boxeo, un deporte al que muchos suelen dar por muerto, demostrará el sábado que goza de cabal salud.
Normalmente, tan sólo basta encender el televisor para encontrar alguna pelea que se realiza en cualquier parte del mundo. Y existe la posibilidad de que incluso el televidente menos avezado en el boxeo encuentre algo atractivo en esa transmisión.
La división de los pesados está recuperando paulatinamente su lustre, y hay un grupo de boxeadores wélter con tanto talento que traen a la memoria la década de 1980, cuando figuras como Sugar Ray Leonard, Tommy Hearns y Marvin Hagler dominaban los cuadriláteros. En aquella época, las mayores contiendas eran espectáculos mágicos al aire libre junto a la avenida principal de Las Vegas.
Ahora, las cadenas televisivas vuelven a librar guerras de ofertas por los derechos de transmisión, y una serie de nuevos convenios significa que hay más boxeo que nunca antes en la televisión.
Y desde luego, está por llegar la noche del sábado.
En esa fecha, Gennady Golovkin y Saúl “Canelo” Álvarez subirán al ring de la T-Mobile Arena para definir lo que quedó inconcluso la primera vez. Librarán una aguardada pelea, en la que está en juego el cetro de los medianos. Se trata de una revancha del combate realizado un año atrás.
Pero esta vez, ambos rivales han dejado claro que no hay simpatía mutua.
Esa combinación de factores ameritaría que el espectador abra la billetera para contratar la transmisión en “pago por ver”, pese a que la tarifa no es módica. El boxeo sigue insistiendo en este modelo de negocios para sus principales peleas, y con un precio de 84.95 dólares por vivienda para mirar la función, muchos esperarán que las expectativas se coronen para justificar el costo.
No se sabe si ello ocurrirá sino hasta que ambos contendientes lleguen al cuadrilátero para sostener un pleito previsto originalmente para mayo, antes de que el mexicano Álvarez diera positivo de dopaje. Sin embargo, parece haber mucho atractivo en dos boxeadores de gran pegada que buscan dirimir el campeonato en la categoría de las 160 libras tal como lo hacían los peleadores de la vieja guardia, sin cuartel.
“Creo que será un espectáculo de mucho dramatismo”, avizoró Golovkin. “Yo quería que la primera pelea fuera así, pero él no quiso pelear conmigo”.
Golovkin se ha quejado antes de que Álvarez no se lanzara con más decisión al intercambio de golpes en la primera contienda. Y ésa no es la única declaración polémica del kazajo en la antesala de la revancha.
Ha tachado al “Canelo” de tramposo, y desestima su versión, acerca de que el consumo de carne contaminada, un problema común en México, haya sido el origen del resultado positivo por clembuterol.
“Es muy extraño, porque sabemos lo que ocurrió. A él lo pescaron por consumir sustancias ilegales”, declaró Golovkin. “En cuanto a sus historias sobre la carne, hay que ser verdaderamente estúpido para creérselas, después de que lo sorprendieron en un caso de dopaje”.
Una queja más de Golovkin se relaciona con la repartición de la bolsa del combate. Álvarez, quien ha demostrado ser un imán en el pago por ver, obtuvo el 70% en el primer pleito y se hubiera llevado el 65% en el segundo de haberse realizado en mayo.
“Triple G” Golovkin se mostró entonces intransigente, y obtuvo al fin una tajada del 45%. Antes, había pactado otra pelea que le habría redituado apenas una fracción de los millones de dólares que él y Álvarez obtendrán por su pleito sabatino.
Las declaraciones de Golovkin han encontrado respuesta del “Canelo”.
“Definitivamente ahora todo es más personal. De verdad él no me agrada”, dijo el púgil pelirrojo de Guadalajara. “Es algo personal, y me lo tomo así. Esto me hará entrenar más duro y dar un extra para noquearlo”.
El combate en sí mismo es un duelo clásico que tendría el potencial de aportar más que el primer capítulo, en el que no se registraron caídas y la conclusión fue un empate que no dejó satisfecho a ningún contrincante. Pero la espectacularidad dependerá de los riesgos que ambos peleadores corran o no.
Golovkin, residente en Los Ángeles, piensa que ganó fácilmente la primera pelea pese a que una jueza dio una ventaja de 118-110 para Álvarez. Es cierto que el kazajo ganó los primeros asaltos y parecía controlar las hostilidades, pero perdió dinamismo y fuerza en la parte final.
Por lo tanto, Golovkin promete ser más agresivo en la revancha. Sería una advertencia digna de considerar, pues este púgil ha lucido fulminante casi ante todos sus rivales. Ostenta una foja de 38-0-1 con 34 nocauts.
Sin embargo, “Canelo” afirma que conoce nuevos trucos y los probará en busca de recuperar a los seguidores que dudan de él desde que dio positivo en el análisis antidopaje.
Cualquier que sea la estrategia de ambos, se trata de una pelea que parecería propia de los 80, cuando los mejores enfrentaban a los mejores bajo la luz de las estrellas en el Caesars Palace. El boxeo llama la atención nuevamente, y la pelea más importante del año debería marcar la pauta para este deporte.
Un año después de que se toparon por primera vez, la secuela de Golovkin-“Canelo” luce de nueva cuenta como imperdible en la TV.