Una marea amarilla de aficionados colombianos invadió las carreteras francesas durante el Tour de Francia. Algunos venían de Rusia, tras asistir en el Mundial de fútbol a la eliminación de la selección cafetera en octavos. Les quedaba la carta de Nairo Quintana.
El ciclista del Movistar de 28 años disputaba su quinto Tour, con un fuerte equipo en el que estaban para ayudarle Mikel Landa y Alejandro Valverde.
Pero las cosas se empezaron a torcer desde la primera etapa cuando un pinchazo le hizo perder más de un minuto, en una jornada en que su compatriota Fernando Gaviria lograba uno de sus dos triunfos en el presente Tour.
Quintana, que había logrado tres podios en sus tres primeras participaciones, solo pudo ser duodécimo el año pasado, aunque aquella mediocre actuación se achacó al hecho de que haber disputado poco antes el Giro de Italia le había mermado.
Aprendida la lección, Quintana llegó este año al Tour sin haber disputado la ronda italiana. Pero le sirvió de poco.
En Alpe D’Huez, en la decimosegunda etapa, Quintana perdió más de 40 segundos respecto a los tres primeros de la clasificación general en París, Geraint Thomas, Tom Dumoulin y Chris Froome.
El colombiano afirmó que un golpe de calor le impidió seguir a sus rivales.
Pero cuando le daban por muerto, se levantó ganando la etapa reina, la decimoséptima, en los Pirineos, una explosiva jornada montañosa con final en Saint Lary Soulan, de apenas 65 km, ascendiendo posiciones hasta colocarse quinto, a tres minutos y medio de Thomas.
Victoria en la etapa reina
Quintana renacía y quedaba la etapa del viernes, con seis puertos, entre ellos el Tourmalet y el Aubisque.
Pero una caída el jueves, en una etapa llana, le llenó de heridas y le dejó dolorido.
Con las lesiones en la piel, Quintana cedió siete minutos respecto a los mejores en la última etapa de montaña, bajando a la novena posición.
En la contrarreloj del sábado, que no es su especialidad, perdió de nuevo tiempo, cayendo de forma definitiva a la décima posición.
“Nos quedamos con lo bueno, que fue la victoria en la alta etapa de alta montaña, en que lo hicimos muy bien”, afirmó Quintana.
“Algunas veces la suerte no nos acompañó y en otras la salud tampoco. Finalmente terminamos entre los diez primeros. Vamos a tirar para adelante y vamos a prepararnos para la Vuelta a España”, añadió.
La Vuelta a España, que empieza el 25 de agosto, es la última baza que le queda al ciclista de Boyacá para salvar una temporada en la que ha irrumpido con fuerza su compatriota Egan Bernal, de apenas 21 años, al que Sky tiene que estar muy agradecido por el trabajo realizado en favor de Geraint Thomas y Chris Froome, primero y tercero en el Tour.
Elogios a Bernal
“Creo que se queda corto cualquier calificativo que se le quiera dar a Bernal. Es un superclase. Va a hacer grandes cosas en este deporte. Está claro que el Tour estará en su palmarés”, afirmó el exciclista español Alberto Contador.
De momento, su gran actuación en el Tour, le hará merecedor sin duda de una mejora de sueldo.
“Bernal tiene un salario muy modesto, probablemente uno de los menores del pelotón en el Tour”, afirma el mánager del Sky, Dave Brailsford.
Bernal, junto a Daniel Martínez Poveda, de apenas 22 años, representa a una nueva generación de ciclistas colombianos, que pueden dar un día la primera victoria en el Tour al ciclismo cafetero.
De momento, la primera opción sigue siendo Quintana, que en el Tour de 2019 tendrá todavía 29 años, una edad en la que todavía la ronda francesa es accesible, si se pone como ejemplo a Geraint Thomas que lo ha inscrito en su palmarés con 32.
El ciclista de Boyacá no pudo hacer realidad el sueño colombiano de conquistar el primer Tour para su país.
Como consuelo queda los tres triunfos de etapa (dos de Gaviria y uno de Quintana), igualando el récord de triunfos de 1985, la victoria en la etapa reina, y los buenos augurios de futuro con Bernal.