* El árbitro Yair Cárdenas (Meta), incidió para que el cuadro bananero no se trajera por lo menos un empate para Santa Marta. /Foto Dimayor.
Unión Magdalena pagó cara su derrota en territorio ibaguereño, tras un 1-2 fulgurante y que en la mayor parte del juego tuvo dominio de las acciones por parte de los dirigidos por Carlos Silva.
Una pena máxima sancionada injustamente, favorable a los pijaos, faltas fuertes en contra de Roberto Hinojosa y para cerrar con broche de oro, una pena máxima que dejó de sancionar, tras agarrón en el área de James Sánchez fueron el detonante para que al final del cotejo, tanto jugadores como cuerpo técnico culminaran reclamando al grupo arbitral.
El primer gol fue en el minuto 14 obra de Michael Rangel, desde los 12 pasos, luego que el señor Cárdenas dictaminará una mano en el área del zaguero Gómez, cuando el mismo se ve que intenta sacar la mano de la zona de incidencia. Un acto vergonzoso, a la luz que el Deportes Tolima no necesita que le regalen absolutamente nada.
La igualdad por parte del Unión, la capitalizó en el minuto 31 el barranquillero James Sánchez, tras cazar un rebote desde 35 metros y de primera anidarla en la red ante la estirada infructuosa del arquero Cuestas. El soberbio tanto fue celebrado hasta la saciedad por toda la plantilla.
El gol del triunfo para los de casa llegó en una desatención de la zaga bananera y con ella una doble acción en el área, en donde participó Michael Rangel y finalmente fue el venezolano Yohandri Orozco, quien en el minuto 64 la anidó en la red custodiada por Bejarano.
Al final un marcador que resultó doloroso por lo que hizo Unión en Ibagué. Sin duda, la directiva del Unión debe asumir una postura de reproche ante Dimayor, por la manera poco ética como los árbitros dirigieron las acciones en el estadio Manuel Murillo Toro.
Ahora el cuadro de Carlos Silva tendrá que buscar un triunfo en casa, cuando el próximo jueves enfrente al Deportivo Pasto.