* Vergüenza es lo que siente el hincha de bien del Magdalena no sólo por la deplorable campaña que realiza su equipo en la Liga, sino por los disturbios, la mala imagen y daños que dejó un sector de la hinchada en el Sierra Nevada.
REDACCIÓN
Era casi que predecible que esa buena fe que tuvieron los directivos en darle gratuidad al juego entre Unión Magdalena y Once Caldas por la jornada 17 de la Liga, de perder, le iba a salir bien cara.
Pese a que el partido tuvo que ser suspendido por la incursión de un número considerables de fanáticos al gramado en el minuto 80, lo claro es que el cuadro bananero ya perdía con un gol de Dayro Moreno en el 62’ y en desgracia de su estructura, ya había quedado con un hombre menos, con la expulsión de José Mercado.
Los disturbios que se produjeron este domingo, dejaron daños en la estructura del Sierra Nevada.
A lo anterior se le suma, la agresión que sufrió el técnico Hernán Darío Herrera, quien tuvo que ser asistido por el departamento médico del Caldas tras un fuerte golpe en su pierna izquierda, producido por un artefacto que cayó desde las gradas.
De lo anterior se deduce que la Dimayor, conociendo esos argumentos y sobre todo el reporte del árbitro Carlos Ortega no dudará en darle los tres puntos al conjunto albo; además del aumento en goles, teniendo en cuenta que cuando un juego termina bajo estos graves contextos por lo general se determina que el equipo ganador obtiene un contundente (3-0).
El técnico Hernán Darío Herrera terminó agredido en el interior del escenario por vándalos, vestidos de hinchas.
De lo otro, ósea de la pelota, es más de lo mismo: un Unión Magdalena que todo el que llega al Sierra Nevada lo irrespeta, además mostrando poco espíritu deportivo para salir del hueco donde se encuentra.
